tras los
soldados.
He visto
los niños que miran al suelo
Y las
madres que miran lejos.
He ido y
he visto
La
miseria en su puro estado,
la
muerte y el duelo.
Atravesé
las trincheras del cieno humano
busqué
una explicación
a esta ruina.
Una
duda,
un
debate,
una
antítesis
a la
lógica aplastante del indeseo.
Solo vi mentes
en blanco
y dolor
rojo.
Odio
negro de fronteras
y
religiones grises asesinas,
mas oscuras
que el
mortal deseo
de tener
la paz en mi retina.
Que poco
parecen
la
bandera y la plegaria
para
avalar éste desastre.
No es
morir por ellas,
es
matar,
es
humillar,
es
destrozar cuerpos y mentes por ellas.
Siempre.
No es la
paz eterna
ni
finita la deshumana querella
de la
guerra.
Ricardo Garanda Rojas
(Puerto de Vega, 9-9-2014)
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