Porque un día entramos en su
mundo, y lo quisimos anular
y quedarnos con él.
Porque son de ellas y no
nuestras,
tanto como nosotros quisimos
ser nuestros.
Porque, si apuramos, ni siquiera
somos iguales,
las debemos más.
Porque ven la vida de forma distinta
y ya nos ha de venir bien
ayudarlas a construir otro mundo.
Porque en nuestro nombre y en el
de cualquier dios,
las desprecian, marginan, humillan, maltratan, matan.
Y somos poco más de un gusano si
lo seguimos tolerando,
si continuamos mirando al
firmamento.
Ellas no son nuestro amor,
nuestra alma, nuestro refugio, nuestro sustento. Son ellas y si las amamos y
deseamos
hemos de buscar su amor, su
deseo, nada más.
Entonces, sólo entonces, seremos dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario