más
rojo y más oscuro
que
la sangre que alimenta,
es
la llave oculta en un recoveco
del
nocturno poema,
de
los versos que arremeten
contra
el abstémico muro
Es
la caja mágica
del
día inmaduro
que
ha de soportar ese reto
vital,
fatal,
cada
vez más inseguro.
Es
el caldo neuronal
dónde
cuece la esperanza
de
un estado plácido,
comprensible,
genial,
en
un lugar privilegiado
de
esa enorme danza
que
permita superar
la
parálisis de la eterna mudanza
hacia
el no sé, el quizá, el puede…
que
acoge la ignorancia
y
los negados límites
de
la involucionada raza.
No
somos tanto,
siempre
fuimos casi nada,
apenas
un resumen
de
nuestra autoimpuesta mortaja.
El
vino rojo oscuro
nos
nubla y tras la niebla
nuestros
deseos son dueños
y
nos trasladan cálidamente
a
la verdad cautiva
por
esa agradable mentira
que
por no llamar sueño
llamamos
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario