este verano,
no hay playas
limpias de sangre
este verano.
No hay niños
felices
ni cuerpos
luminosos,
no hay arenas
brillantes
y el sol,
borroso,
se niega a iluminar
sueños, deseos
de otros magníficos
instantes.
este verano.
Sangre de niños,
vidas quebradas
muy temprano,
cuerpos rotos,
llanto
desesperado,
deshecha
esperanza,
frustración,
impotencia, dolor de cuerpos,
dolor de sueños,
dolor…
todas las playas
me parecen Gaza.
Tú me envías,
amigo,
imágenes urgentes
de perfectas playas
que recuerdo
bellas, limpias,
adolescentes.
Ahora las veo
feas, sucias,
desoladas,
olvidadas,
y tan viejas
como los tiempos de la guerra.
Apenas veo la
foto
están en Gaza todas
las playas,
y en ellas todos
los cuerpos
de palestinos
rotos.
Todos los niños,
los aún vivos,
lloran ante su
juguete, también roto,
destrozado por
una bomba asesina,
enviada por un
ejército asesino,
dirigido por un
gobierno asesino,
permitido por gobiernos
asesinos,
de un mundo,
potencialmente asesino.
Amigo, dame tu
mano
porque yo no veo
más que sangre y bombas
en las playas,
este Verano.
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