he
de tenerte
y
ser tu dueño.
Entre
el poder palaciego
y
el arrebato, quiero verte
Sueño.
Te
necesito sueño,
quiero
poseerte
en
este tiempo pequeño
cuando,
si mentir es locura,
el
más loco
es
el más fuerte,
en
éste tiempo, sueño,
en
el que la verdad es tortura
y
compite poco, renta poco,
casi
inerte.
Necesito
tu apoyo,
Sueño,
más
allá del día,
sin
que se pase la noche
que
por servir sirvieras
en
éste estúpido
discurso
cautivo
de
extrañas alegorías,
dialécticos
derroches
y
falsas quimeras
que
se confunden contigo.
Y
no sé siquiera
cuál
es tu espacio
entre
el odio y el miedo.
No
sé dónde te tengo,
en
estos tiempos falsos
no
te encuentro, Sueño.
Y
te busco,
porque
contigo aspiro
a
que valga la pena
ese
suspiro
de
alivio justo,
que
permita la escena
de
discurrir un avance
sin
trochas
entre
el miedo
que
unos venden
y
el odio que otros derrochan.
No
vienen tiempos halagüeños,
las
palabras poco importan,
te
necesitamos, Sueño.
(10-02-2015/Toledo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario