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| "Mujer con pañuelo" de Jesus Millan |
Mirar
al firmamento
o
escudriñar las cuatro paredes
de
tu habitación,
igual
da,
la
noche…
El
ya no está
Y
te falta respiración
eres
la mujer sin tiempo,
encogida
en tu reproche.
Y
el final te duele.
Marcas
la distancia con mis versos
pero
buscas las lágrimas
de
tu espíritu endeble,
porque
las de él se fueron
dejando
aquí un aroma
de
tristeza insoslayable.
Buscas
esas lágrimas que ya no humedecen
ni
a ese firmamento
ni
a éstas cuatro paredes.
Se
secaron entre moratones
de
carnes heridas,
de
muchas horas de dolor
y
ya no quedan.
Se
ha ido tu amor
y
ahora queda tu vida.
La
nueva, la bella,
la
soñada cada noche
desde
hace un lustro
por
tu alma requerida.
Puedes
gritar tus reproches
en
mis poemas,
pero
no puedes llorar.
Ya
no.
Tienes
tu amor intacto
porque
el gastado no sirve,
falso
y maldito
a
ese hombre que se ha ido
dejándote
hundida dentro
y
dolida fuera
clamando
al cielo
amor
falso y justicia cierta.
Busca
tu estrella
en
ese firmamento,
busca
paredes más bellas.
Ponte
las alas de la vida
Y
dile al mundo
que
aquí llegas,
que
te espere.
en
estos versos que te llevas
apóyate
si quieres
pero
levántate
tú
la primera
y
organiza un ejército
de
mujeres fuertes
que
un día empujadas
por
esa mano macha
cobarde,
dura, traicionera
cayeron
y tardaron
magulladas,
en levantar.
Es
tu destino renacer,
que
nunca, mujer
la
noche oscura
pudo
con el amanecer.
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